A partir de 2019 la Ley Federal del Trabajo (LFT) establece la obligatoriedad para los patrones de implementar Protocolos para Prevenir, Atender y Erradicar la Violencia Laboral en los centros de trabajo. La Reforma de Plataformas Digitales del 24 de diciembre de 2024 extiende esta obligación a las empresas de plataformas digitales, esta obligación va más allá del establecimiento de protocolos, tiene que ver con brindar una perspectiva de género en el trabajo de plataformas digitales, que permita a las y los trabajadores conciliar la vida laboral con la personal.
El trabajo de plataformas es un esquema de trabajo especial en la LFT, cuya naturaleza implica redefinir la aplicabilidad de las nuevas disposiciones en materia de género, considerando aspectos clave como: su naturaleza flexible y discontinua, los esquemas de trabajo reconocidos, nuevos derechos laborales, el esquema para el cálculo del salario, las obligaciones patronales e incluso las responsabilidades de los trabajadores, entre otros aspectos.
Según datos del IMSS, durante el primer mes de implementación de la Reforma (julio), se observó una marcada presencia masculina en el sector de plataformas digitales. A nivel nacional y en la Ciudad de México, la participación de mujeres trabajadoras en estas plataformas fue de aproximadamente el 10%.
Si bien durante los últimos años las trabajadoras de plataformas han observado una ventaja en la flexibilidad del trabajo, persisten barreras estructurales como la necesidad de conciliar el trabajo remunerado con labores domésticas y de cuidados, así como la violencia de género en el desempeño de su trabajo que acentúa las desigualdades de género en este sector.
En el marco de las acciones de difusión de la Reforma, la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo (STYFE), a través de la Dirección Ejecutiva de Estudios del Trabajo (DEET), realizó grupos de enfoque con trabajadoras de organizaciones sindicales como la Alianza Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de Plataformas Digitales (ANTRAMEX), la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA), el Sindicato Único de Trabajadores y Trabajadoras de Plataformas Digitales y la organización Ni Una Repartidora Menos, para identificar los mecanismos disponibles por parte de las empresas de plataformas para atender problemáticas de género y discriminación, sobre todo para escuchar cuáles son los mecanismos que las trabajadoras consideran necesarios de implementar para tener un apoyo efectivo en la realización de su trabajo. Algunos de los principales hallazgos son los siguientes:
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Las trabajadoras enfrentan obstáculos y violencia al participar en espacios de representación, lo que limita su plena inclusión en las organizaciones.
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Han desarrollado redes de apoyo y prácticas de autocuidado, que incluyen comunicación constante, acompañamiento entre colegas y herramientas comunitarias como puntos naranja y mapas de riesgo.
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Existe un desconocimiento y baja efectividad de los protocolos empresariales de género, ya que los mecanismos de atención resultan poco accesibles, lentos y discriminatorios en su aplicación.
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Las trabajadoras sufren discriminación recurrente en comercios durante la recogida y entrega de pedidos, expresada en restricciones de acceso, prohibición de sanitarios y malos tratos.
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La violencia de género genera impactos profundos en la salud física, psicológica y en las relaciones interpersonales, llevando a situaciones de depresión, pérdida de autoestima e incluso abandono de la actividad laboral.
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